Originaria de América del Norte e introducido en Europa como planta ornamental en el siglo XVII, la onagra es una planta bianual, de tallo robusto, con hojas esparcidas, dentadas, sésiles. Flores amarillas pentacíclicas y epiginas. Fruto en cápsulas conteniendo numerosas semillas.
La parte utilizada en terapéutica son las semillas, de las que se obtiene por expresión en frío el aceite de onagra.
Principios activos del aceite de Onagra
- Aceite (20%) rico en ácidos grasos esenciales: ácido linoléico (65-80%), ácido ¥-linolénico (810%), ácido palmítico (7-10%), ácido esteárico (1,5-3,5%) y ácido oléico (6-11%); insaponificable conteniendo mayoritariamente ß-sitosterol y citrostadinol.
- Proteínas (24%).
- Fibra vegetal (40%): celulosa y lignina.
El estudio serio del aceite de onagra comenzó en el año 1917, cuando un científico alemán, de nombre Unger, encontró que las semillas eran ricas en un aceite en el que encontró cantidades significativas de ácido oléico y linoléico. El interés aumentó aún más cuando aislaron otro: el ácido ¥-linolénico.
Este descubrimiento no fue sin embargo utilizado en medicina humana hasta el año 1.960, cuando ciertos científicos británicos descubrieron la carencia de ácidos grasos y su relación con una cantidad importante de enfermedades. Posteriormente, en los años 70, nuevas investigaciones sobre los ácidos grasos esenciales establecieron las diferencias entre unos y otros, con la realización de gran cantidad de experimentos. Se demostró que el ácido ¥-linolénico obtenido del aceite de onagra era 10 veces más beneficioso para la salud que el ácido linoléico.
El ácido ¥-linolénico sólo se encuentra en el aceite de onagra y en la leche materna
La primera enfermedad contra la que se usó el aceite fue nada más y nada menos que la esclerosis múltiple.
Los éxitos conseguidos alertaron a un neurólogo, el profesor Fiel, que fue el primero en asociar su acción a las prostaglandinas, como consecuencia de un trabajo sobre esquizofrenia. Horrobin descubrió que los esquizofrénicos poseen niveles muy bajos de la prostaglandina E1, que fabrica el organismo a partir del ácido ¥-linolénico.
El aceite de onagra debe tomarse con vitamina E, que impide su oxidación.
Aplicaciones terapéuticas del aceite de Onagra
- Síndrome premenstrual
Los días que preceden al período en la mujer pueden aliviarse considerablemente tomando el aceite de onagra. Un estudio realizado en Inglaterra sobre 65 mujeres así lo conforma: el 61% experimentó una mejoría completa en sus síntomas, un 23% un alivio parcial y el resto no notaron mejoría. Las molestias en el pecho se aliviaron en el 72%. En general, experimentaron mejorías en su humor, ansiedad, irritabilidad, jaquecas y retención de líquidos.
Las tomas del aceite empezaron tres días antes de las molestias, con dos dosis de 500 mg dos veces al día después de las comidas.
Como norma, se recomienda administrar dos cápsulas de aceite de onagra de 500 mg después de cada comida (un total de 6 cápsulas), 10 días antes de la menstruación.
- Enfermedad benigna del seno y quistes ováricos
Probablemente es la enfermedad que trata con más éxito este aceite: senos granulados y sensibles, doloridos e hinchados, e incluso con quistes.
Los efectos beneficiosos del aceite no se manifiestan repentinamente, sino mediante una mejoría paulatina de los síntomas.
Algunas mujeres consiguieron una mejoría completa entre los 9 y 12 meses. El tratamiento fue de dos dosis de 500 mg tres veces al día.
- Esclerosis múltiple
J. Graham, autora de varios libros sobre la onagra, lo usó para combatir esta enfermedad desde 1.974, tras comprobar que su sangre era pobre en ácidos grasos esenciales.
Desde 1.973 se sabe que los que padecen esta dolencia presentan niveles bajos de ácidos grasos esenciales en el plasma, hematíes y tejido nervioso. Por ello, se empezó a experimentar con aceite de girasol, que contiene estos ácidos. Los resultados fueron esperanzadores, por lo que se dedujo que los ácidos grasos esenciales del aceite de onagra, que eran mucho más activos, podrían mejorar todavía más los efectos; así fue.
Posteriormente se ha comprobado que esta enfermedad es más frecuente en países que siguen una dieta rica en grasas animales, y menos en países donde se consumen más aceites insaturados, los que contienen ácidos grasos esenciales.
En 1.979, la Bio-Oil Ltd. hizo una prueba en Inglaterra con 480 pacientes de esta enfermedad: el 65% notó alguna mejoría: de ellos, el 43% estabilizó la enfermedad y el 22% restante reconoció que el número en intensidad de los ataques había disminuido.
Del resto, el 20% sintió mejoría en los síntomas; otro 13% alivió su estado general de salud y el 2% restante no supo qué contestar.Se deben tomar al menos 8 cápsulas de 500 mg. de aceite al día, pudiendo consumir hasta 20 sin ningún efecto secundario. es conveniente, eso sí, ingerirlas lo más espaciadamente posible.
- Esquizofrenia
Quizá la más grave enfermedad de la mente parece estar relacionada con los niveles bajos de prostaglandinas, pudiendo incluso ser consecuencia de un defecto de la producción de estos productos por el organismo del enfermo. En cambio, diversos estudios han hallado en ellos gran abundancia de las prostaglandinas consideradas negativas. Los niveles altos de dopamina que presentan estos enfermos pueden estar relacionados con la falta de prostaglandina E1.
Las posibilidades del aceite están actualmente en estudio, a partir de algunos pacientes que, tras muchos años de padecimiento, ha mejorado considerablemente su estado. Sin embargo, aquéllos que tenían epilepsia del lóbulo temporal empeoraron con dosis altas del aceite, aunque no con las bajas. En este campo sigue habiendo esperanzas.
- Artritis reumatoide y otros trastornos inflamatorios
Si el cuerpo es deficitario en ácidos grasos esenciales se vuelve receptivo a la inflamación e infección, y hasta es probable que el sistema inmunológico se debilite. En estos casos, alrededor de la zona inflamada se ha encontrado una deficiencia de prostaglandinas positivas y abundancia de las consideradas negativas; por ello, el aceite mejora la situación.
En algunas situaciones se ha visto que el aceite controla la artritis. Además, en pacientes con un tipo especial de artritis, llamada Síndrome de Sjögren, les ha restaurado la producción de lágrimas y saliva. A otros, con esclerosis sistémica, les curaba las úlceras y aliviaba el espasmo vascular periférico.
En general, sus efectos se empiezan a notar entre las 4 y 12 semanas y, curiosamente, algunos pacientes que acaban respondiendo bien, empiezan empeorando durante los 15 primeros días.
Debe tenerse precaución al tomar aspirinas u otros antiinflamatorios, ya que destruyen los ácidos grasos esenciales del aceite y anulan su efecto.
En la actualidad se publican estudios en revistas tan prestigiosas como The Lancet, con resultados muy prometedores.
- Enfermedad cardiaca, trastornos vasculares e hipertensión arterial
El aceite, al producir en el organismo la prostaglandina E1, que reduce los niveles de colesterol, también controla a su vez la hipertensión arterial y evita que las plaquetas sanguíneas formen coágulos. Por ello, su acción es muy beneficiosa, como ilustra un estudio efectuado sobre 40 pacientes con problemas de colesterol; éste disminuyó en el 18% de los casos, con 8 tomas de 500 mg al día, aunque fueron necesarias 12 semanas para conseguirlo.
Algunos trabajos sobre la no agregación plaquetaria, realizados con sangre de mandriles y personas, confirman que el aceite la consiguen de forma particularmente rápida.
- Eccema, asma y alergias
Estas enfermedades tienen en común un defecto en la respuesta del sistema inmunológico, que la onagra mejora por su acción positiva sobre los linfocitos T.
Un estudio sobre 50 personas con eccema atópico demostró que la mayoría mejoraban con el aceite. Todos tomaron el aceite durante 12 semanas y los posteriores análisis confirmaron que para asegurar una mejoría era necesario tomar de 8 a 12 dosis diarias de 500 mg de aceite.
- Niños hiperactivos
Los niños hiperactivos son deficitarios en ácidos grasos esenciales; la carencia se agrava al consumir alimentos con aditivos, que destruyen estos ácidos.
Multitud de estudios sobre niños hiperactivos realizados en diversos países, confirman que dos de cada tres responden al aceite, siendo la mejoría en algunos casos espectacular, hasta el punto de desaparecer el asma, las alergias, el eccema y la hiperactividad.
- Piel, cabello, ojos, boca, uñas, etc
El aceite de onagra ha demostrado ser de gran valor terapéutico para los ojos secos y las uñas quebradizas.
B. Cartland afirma: “Cuando se aplican el aceite y la vitamina E en la cara, eliminan las dolencias y arrugas debidas a la sequedad.
Este aceite natural regenera el crecimiento celular, ayuda a estimular la circulación en la piel y revitaliza las células envejecidas.
Se usa como hidratante y regenerador, ayudando a mantener la blandura y suavidad naturales de la piel joven”.
- Otras posibilidades
El aceite, tan versátil, está siendo estudiado para su aplicación en otros tipos de enfermedad. En algunas de ellas ya se ha comprobado efectos positivos, especialmente para el alcoholismo, cáncer, obesidad, diabetes mellitus, infertilidad, esclerodermia, toxemia del embarazo, ataxia de Friedrich, etc.