Las varices son venas dilatadas como resultado de una mala circulación venosa por el mal funcionamiento de las válvulas internas de las venas. El retorno venoso no es el adecuado y la sangre se acumula. Se habla entonces, de insuficiencia venosa crónica.
Las causas pueden ser múltiples: predisposición hereditaria; determinados hábitos de vida como, por ejemplo, pasar muchas horas de pie o muchas horas sentado o situaciones como el embarazo, la obesidad o la toma de anticonceptivos orales.
Los síntomas de la insuficiencia venosa pueden ser calambres en las piernas después de un día en el que se ha permanecido mucho tiempo de pie, sensación de “hormigueo”, hinchazón, pesadez de las piernas y dolor, que se alivian al descansar con las piernas elevadas. Estos trastornos aumentan cuando hace calor o se está expuesto a una fuente de calor próxima, y también por permanecer mucho tiempo de pie durante el día.
Aparte del problema estético que suponen, las varices pueden complicarse y dar problemas como: úlceras, lesiones en piel (pigmentación, sequedad, “dermatitis de estasis”), pueden infectarse y dar lugar a una flebitis o pueden romperse y dar lugar a una varicorragia. La complicación más seria es la trombosis venosa.
Medidas preventivas:
- Evitar permanecer de pie durante mucho rato.
- Evitar las fuentes de calor directo: radiadores, el sol, ambientes demasiado caldeados o las aplicaciones de calor como la cera depilatoria o los baños calientes de piernas.
- Combatir la obesidad con una alimentación equilibrada.
- Mantener la hidratación y elasticidad de la piel para evitar la aparición de úlceras, por ejemplo con aceite de oliva o de almendras, siempre en fricciones suaves sobre piel sana.
- Vestir con ropa cómoda, amplia y que permita la adecuada circulación de la sangre.
- Evitar el calzado con tacón excesivamente alto y las botas, así como ligas y calcetines que compriman.
- Buscar el método anticonceptivo adecuado teniendo en cuenta el trastorno venoso que pueda originar.
- Utilizar medias elásticas de compresión decreciente (más compresión en el tobillo que en el muslo), pues contribuyen en gran manera a aliviar las molestias, sobre todo la hinchazón, la pesadez de las piernas y los picores.
Propiedades circulatorias del Castaño de Indias
El principio activo en el que se valora el extracto de castaño de Indias es la escina, un grupo de glicósidos triterpenos formado por las beta y por las alfaescinas que, en diversos estudios realizados, han demostrado ser beneficiosas en la insuficiencia venosa y en las venas varicosas, mejorando la salud circulatoria.
Tal es así, que la Agencia Europea del Medicamento (EMA):
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Aprueba su uso bien establecido para el tratamiento de los síntomas de la insuficiencia venosa crónica.
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Aprueba su uso tradicional, en aplicación tópica, para el tratamiento del malestar y de la pesadez de las piernas relacionados con trastornos venosos leves y el alivio de los signos asociados a contusiones: edema local y hematomas.
Presenta una acción venotónica, por lo que mejora el flujo de sangre a nivel venoso, consiguiendo que mejore el retorno sanguíneo al corazón y disminuya el acúmulo de líquido en las extremidades inferiores. Posee una acción capilarotropa, al aumentar la resistencia de la pared de los capilares y disminuir su permeabilidad, lo que se conoce como acción vitamínica P. Y también tiene acción antiinflamatoria.
Varios estudios que comparaban el consumo de un placebo con el de un extracto de castaño de Indias, para mejorar los síntomas de la insuficiencia venosa crónica, han mostrado: disminución de las molestias en piernas y de la sensación de pesadez, disminución del edema y disminución del volumen de las piernas, traducido en disminución del perímetro del tobillo y de la pantorrilla. En uno de los estudios que evaluaba la reducción del volumen de las piernas, su efectividad fue comparable a la del empleo de medias compresivas.
También se ha puesto en evidencia su eficacia en el tratamiento de los síntomas de las hemorroides.