El fucus, es un tipo de alga parda, muy común en las costas Atlánticas de Europa y Norte América. Durante años, se ha usado como estimulador de la glándula tiroidea, para combatir el hipotiroidismo, gracias a su gran contenido en yodo.
Al estimular dicha glándula, aumenta el metabolismo basal. El metabolismo basal es ese gasto energético que tiene nuestro organismo cuando está en reposo. Por ejemplo, mientras dormimos o estamos postrados. En otras palabras, es lo que gasta nuestro organismo por respirar, bombear sangre y poco más.
El metabolismo basal, si bien depende de cada persona, suele ser bajo. Al aumentarlo, quemamos energía (lo que se traduce en grasa e hidratos de carbono) sin necesidad de movernos.
Por ello, y por su contenido en ácido algínico, que tiene el poder de aumentar de volumen entre 20 y 35 veces en contacto con líquidos, ésta alga se ha recomendado desde hace años, para controlar el peso y el apetito, ya que su ingesta, nos hace sentir saciados.
Además, es rica en mucilagos, por lo que tiene un ligero efecto regulador del tránsito intestinal.
Todo ello, combinado con su contenido en potasio, lo hace un complemento perfecto para aquellas personas que tengan problemas de retención de líquidos.
El fucus es rico en otros valiosos minerales como yodo, hierro y selenio. Al igual que otras algas, es rica en proteínas, rondando los 14 g/100 g de alga.
Sin embargo, no deben tomarla sin consultar a su médico o especialistas las personas que tengan problemas de tiroides o que tomen alguna medicación rica en yodo, así como aquellas personas que tomen anticoagulantes o sean diabéticas.