En nuestro intestino convive una gran variedad de microorganismos que juntos forman la flora intestinal, conocida también como microbiota. Estas bacterias no solo nos ayudan a digerir los alimentos, sino que también son clave para combatir los microorganismos dañinos y fortalecer nuestro sistema inmunológico, entre otras funciones. Lo que comemos puede afectar la salud de estas bacterias buenas y por esto es importante tener en cuenta que hay alimentos malos para la flora intestinal.
En este artículo te indicamos cuáles son los peores alimentos para tu microbiota y qué puedes tomar para favorecer su recuperación.
Alimentos que dañan la flora intestinal
La flora intestinal desempeña muchas funciones en el organismo y cuidarla es sinónimo de salud y bienestar. Para ello el primer paso es una correcta alimentación.
Por otro lado, podemos aprovechar productos naturales que favorecen el tránsito intestinal y la salud de nuestra microbiota intestinal.
Por el contrario, no cuidar la microbiota intestinal puede dar lugar a problemas digestivos y de malabsorción, en primer lugar.
Además, debido a la relación entre microbiota y sistema inmune, descuidar la flora intestinal puede causar la debilitación de las defensas y la aparición de varios problemas de salud.
Para evitar un deterioro de la flora intestinal es clave seguir una alimentación sana y equilibrada. Pero, sobre todo, hay que evitar el consumo de determinadas sustancias.
A continuación, indicamos cuáles son los peores alimentos para tu intestino.
- El alcohol
Las bebidas alcohólicas contienen azúcar y otros compuestos que afectan a la salud de las bacterias que protegen nuestro intestino. Un consumo habitual de alcohol puede reducir esta barrera y facilitar el ataque de virus y otros microorganismos que causan infecciones y enfermedades.
- El azúcar
No es una novedad que el consumo excesivo de azúcar está al origen de muchos trastornos. A nivel intestinal, el azúcar favorece el crecimiento de algunas bacterias y puede contribuir fácilmente a la alteración de tu microbiota. A largo plazo, como ya hemos mencionado en este post, este tipo de alteración puede conllevar consecuencias serias para la salud.
- Los alimentos ultraprocesados
Entre los alimentos malos para el intestino cabe destacar los ultraprocesados. Esta categoría de alimentos industrializados listos para comer suelen contener una larga lista de ingredientes procesados entre los que predominan el azúcar, la sal, las grasas, los edulcorantes. Además, para su conservación y mejor apariencia, se añaden una serie de aditivos industriales como conservantes, emulsionantes, colorantes, estabilizantes, etc.
Evidentemente, todas estas sustancias no naturales cuando entran en contacto con nuestro sistema digestivo afectan al equilibrio de la microbiota.
- Alimentos con mucha grasa
Las grasas son un nutriente necesario para el correcto funcionamiento del organismo, por lo que no hay que demonizarlas. Sin embargo, el consumo en exceso, sobre todo de grasas de origen animal, repercute sobre el equilibrio de la flora intestinal y la salud en general.
- Alimentos procesados
Los alimentos procesados se diferencian de los ultraprocesados porque en su elaboración se utilizan como mucho uno o dos aditivos. Aun así, su consumo habitual afecta a la salud de la flora intestinal. Por este motivo, es recomendable reducir al máximo su consumo.
- Edulcorantes artificiales
Sacarina, aspartamo y otros edulcorantes sintéticos sin calorías son utilizados cada día como sustituto del azúcar por millones de personas. Lamentablemente, sustituir el azúcar por este tipo de endulzantes no aporta muchas ventajas para la salud de la flora intestinal.
De hecho, hay investigaciones que destacan como el consumo de edulcorantes artificiales altera la microbiota y podrían producir problemas metabólicos.
La sacarina, la sucralosa y el aspartamo son los edulcorantes artificiales más utilizados, pero cada vez se relaciona más su consumo excesivo con los desequilibrios en la microbiota, impidiendo que nuestro intestino pueda trabajar correctamente.
- Los refrescos azucarados
Los refrescos contienen básicamente azúcar, colorantes y otros aditivos que, como hemos explicado, se consideran dañinos para la salud de la flora intestinal.
- Los helados
Los helados son muy apetecibles cuando hace calor, pero son ricos en grasas y azúcar. Además, algunos contienen colorantes y conservantes, que son otras sustancias dañinas para la microbiota intestinal. En resumen, lo ideal es evitar el consumo de helados para prevenir un desequilibrio intestinal.
- Grasas trans
Ya hemos recordado que las grasas son nutrientes importantes en la dieta, pero no todo tipo de grasa es saludable. Las grasas procesadas industrialmente son de las peores para la salud y es recomendable reducir su consumo. Este tipo de grasa se utiliza sobre todo en los alimentos procesados y ultraprocesados y resulta dañino para la flora del intestino.
- Harinas refinadas
Los alimentos refinados tienen una calidad nutricional inferior respecto a los alimentos integrales. En el caso de las harinas, al carecer de fibra, no son buenas para la microbiota. Por este motivo, es mejor evitar el consumo de alimentos con ingredientes refinados.
¿Cómo mejorar la microbiota intestinal?
Una dieta sana como la mediterránea debería ser el punto de partida para garantizar la salud intestinal y una microbiota equilibrada. De hecho, este tipo de dieta se basa en el consumo de alimentos de origen vegetal sin procesar que nos aportan nutrientes como vitaminas, minerales y fibra, esenciales para el bienestar intestinal y evitar la disbiosis.
No obstante, en algunas ocasiones la alteración de la flora puede depender de otros factores como el uso de antibióticos o algunas patologías. Sobre todo en estos casos hay que cuidar estrictamente la dieta, evitando los alimentos malos para la microbiota y aumentando el consumo de otros que ayudan a regular la flora intestinal.
6 Alimentos para recuperar la flora intestinal
La alteración de la flora intestinal puede producir síntomas como diarrea, problemas digestivos, alergias, aparición de infecciones del tracto urinario, etc. Si percibes que algo no funciona como debería, lo ideal es que acudas a un especialista para un correcto diagnóstico.
En todo caso, también puedes tomar algunas precauciones dietéticas, evitando los alimentos malos para la flora intestinal y buscar opciones más saludables como las que te indicamos aquí.
- Frutas y verduras
Son ricas en fibra, vitaminas y minerales, ideales para alimentar nuestra flora intestinal y favorecer su recuperación.
- Legumbres
Las legumbres contienen nutrientes esenciales para la salud como los aminoácidos. Por otro lado, aportan grandes cantidades de fibra vegetal, ideal para favorecer el equilibrio de las bacterias en el intestino. Además, puedes elegir entre una gran variedad de legumbres, por lo que ¡no te vas a aburrir!
- Cereales integrales
Al contrario de los refinados, los cereales integrales y las harinas que se obtienen son muy buenos para tu salud digestiva. Además tienen efecto saciante y contribuyen al bienestar de tu microbiota.
- Proteínas magras
Carnes blancas, pescado y tofu son fuente de proteínas magras que, tomadas con moderación, son beneficiosas para la salud del intestino. En comparación con otros alimentos más grasos de origen animal, son más fáciles de digerir. Por lo que reducen el riesgo de inflamación por sobrecarga del sistema digestivo. Además, contribuyen a evitar desequilibrios de la flora intestinal por el consumo excesivo de grasas en la dieta.
- Raíz de jengibre
Probablemente ya sabes que esta raíz favorece la digestión, pero el jengibre puede ser sobre todo un gran aliado para tu intestino. De hecho, su acción bactericida puede ayudarte a prevenir infecciones del tracto digestivo que provocan disbiosis intestinal.
- Kéfir
Las bebidas fermentadas como el kéfir o la kombucha se consideran probióticos, es decir, ayudan a mantener una flora intestinal equilibrada. Contienen microorganismos vivos que favorecen la recuperación de la microbiota intestinal en caso de desequilibrio y a mantener una flora intestinal saludable en general.