Los deportistas que realizan actividades físicas a diario necesitan contar con una buena alimentación. Las lesiones musculares generadas por la inclusión de comidas que atenten contra el ejercicio pueden dejar semanas o meses sin entrenamiento a una persona. En el caso del deportista de alto rendimiento, lo ideal es detectar a tiempo si no presenta sensibilidad a algún alimento y/o aditivo y o conservante antes de efectuar el plan alimentario personalizado, así podemos disminuir el estado de inflamación crónica que en la práctica solemos ver en los deportistas.
Es por ello que es indispensable el consumo de vitaminas y minerales para evitar estas lesiones. El principal aporte lo da el magnesio, ya que una lesión por carencia de este puede comprometer a los huesos. Además de mantener la masa muscular normal, conserva el sistema inmunológico saludable; es decir, defensas buenas. Los vegetales verdes, legumbres, nueces y semilas proporcionan una buena ingesta de magnesio.
El potasio y la vitamina c son nutrientes fundamentales pensando en un buen desarrollo físico. El primero evita calambres y se puede encontrar en la banana, palta, germen de trigo, entre otros. La vitamina c, en cambio, es primordial para los tendones, ligamentos, piel, huesos y defensas. Ayuda a fijar el hierro y otros nutrientes. En la naranja, pomelo, kiwi, tomate, mandarina, frutillas y limón están sus propiedades.
Los otros dos nutrientes importantes son el hierro y el calcio. Principalmente por transportar oxígeno al cerebro y a todas partes del cuerpo es que el hierro está entre los más relevantes. En la carne roja, pollo y pescados (alimentos consumidos diariamente) está la mayor parte del hierro. Es conveniente agregarle algún alimento con vitamina c. El calcio es sustancial para una dieta alimenticia ya que ayuda al fortalecimiento de huesos, dientes y cartílagos. Los lácteos y las semillas de sésamo contienen estas propiedades en gran cantidad.
La manera adecuada para que una alimentación incluya buenos aportes es:
- Frutas y verduras de todo tipo y color.
- Carnes rojas magras y blancas retirando la grasa viable.
- Aceite preferentemente crudo y evitar la grasa para cocinar.
- Cereales, pastas y legumbres: sobre todo en los días de entrenamiento.
- Abundante cantidad de agua durante todo el día.