La vitamina D3, también conocida como colecalciferol o "la vitamina del sol", es un nutriente que está emergiendo gracias a sus variadas funciones terapéuticas. Además de su conocido papel en la salud ósea, la vitamina D ha sido estudiada como un agente importante en la modulación de la función inmune, el humor, y la función cognitiva, así como en los factores de riesgo cardiovascular y efectos protectores contra el desarrollo del cáncer. [1]
La vitamina D actúa como una hormona y tiene una estructura similar a los esteroides. El proceso de fabricación de la vitamina D comienza en la piel a partir de su precursor, un derivado del colesterol, a través de la acción de la luz solar UVB. [2] La segunda etapa de la vitamina D se produce en el hígado, con la formación de calcidiol. [3] El calcidiol es la forma de almacenamiento de la vitamina D y es también el marcador utilizado para medir el estado de la vitamina D, a través de un análisis de sangre llamado 25 hidroxivitamina D. Esta molécula, 25 hidroxivitamina D (abreviado como "25 (OH) D") circula en la sangre y se convierte en vitamina D activada en los riñones. [2] La vitamina D activada también se conoce como 1,25 hidroxivitamina D o calcitriol. [2, 3]
Tradicionalmente, la vitamina D se ha considerado principalmente por su papel en la salud de los huesos. Históricamente, la deficiencia de vitamina D se ha definido como el raquitismo en niños u osteomalacia en los adultos. [4] Sin embargo, el papel de la vitamina D en otras áreas del cuerpo son cada vez más conocidas.
Beneficios de la vitamina D en nuestro sistema inmune
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La suplementación con vitamina D durante el invierno ha demostrado reducir las infecciones del tracto respiratorio superior, tales como el resfriado y la gripe. Por ejemplo, un estudio evaluó los efectos del consumo de 1.200 UI de vitamina D en los escolares en los meses de diciembre a marzo. [5] Este estudio evaluó específicamente la incidencia sobre la gripe A, con diagnóstico en base a pruebas del antígeno de la gripe en una muestra de exudado nasofaríngeo. Los resultados mostraron que la gripe A se produjo en sólo el 10,8% de los niños en el grupo de vitamina D en comparación con el 18,6% de los niños en el grupo de placebo; una reducción del 40% en el riesgo. También hubo una reducción secundaria de ataques de asma entre los niños con un diagnóstico previo de asma, con más de un 80% de reducción.
Un estudio alemán ha evaluado el efecto de la vitamina D en combinación con otros micronutrientes, como la vitamina C, ácido fólico y selenio, en la función inmune de 192 pacientes propensos a infecciones recurrentes de las vías respiratorias altas. [6] El estudio encontró que entre los sujetos que inicialmente tenían al menos dos síntomas comunes en los meses de frío, la mejoría de los síntomas fue significativamente mayor en el grupo con suplemento en comparación con el placebo. La vitamina D y suplementos de micronutrientes también mejoraron la frecuencia y severidad de los síntomas.
El asma es un estado de hiperreactividad inmune; en esta condición, las vías respiratorias se inflaman, producen un exceso de moco, y se contraen en respuesta a los desencadenantes ambientales como el polvo y los alérgenos, así como las bajas temperaturas. Esto conduce a sibilancias y dificultad para respirar, que normalmente se trata con medicamentos inhalados. La vitamina D ha demostrado mejorar los síntomas y la función inmune en pacientes con asma.
Un estudio que evaluó a más de 1.000 niños encontró que la deficiencia de vitamina D se asoció con peores resultados de la función pulmonar en comparación con niños suplementados con vitamina D. [7] Entre los niños que tomaban corticosteroides inhalados, el VEF, [5] una medida importante de la función pulmonar, aumentó sólo 140 ml en el grupo con deficiencia de vitamina D, en comparación con 290 ml en el grupo con niveles abundantes de vitamina D. Esto significa que la función pulmonar de los niños con deficiencia en vitamina D fue menos de la mitad que la de los niños con niveles de vitamina D suficiente.
Otro estudio encontró que los suplementos de vitamina D en los niños con asma pueden reducir las exacerbaciones del asma experimentadas cuando los niños se resfrían o enferman de gripe. [8] La deficiencia de vitamina D en los adultos también se ha asociado con una peor función pulmonar, el aumento de la hiperreactividad de las vías respiratorias, y una peor respuesta al tratamiento con corticosteroides. [9] La evidencia de este tipo ha hecho que incluso los expertos se hagan la pregunta de si la vitamina D merece tener un papel en el tratamiento convencional del asma. [10]
Estos son sólo algunos de los beneficios de la vitamina D. Una evaluación del estado de la vitamina D (un análisis de sangre que puede realizarse por su médico o médico naturista) puede ayudarle en la toma de la dosis más adecuada de vitamina D.
Referencias bibliográficas
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