Las flatulencias se generan en el intestino cuando los alimentos son digeridos y dan la sensación de vientre inflamado, lo que puede llegar a ser bastante molesto para la persona. En ocasiones, se produce dolor abdominal por la acumulación de gases.
Las causas de su aparición son varias, entre ellas: excesivo aire que se traga al comer, alimentos ricos en fibra o que son difíciles de digerir; así como alimentos que la persona no tolera o es alérgica, por ejemplo a la lactosa. Si se consume productos lácteos se aumentará considerablemente la probabilidad de padecer gases.
Identifica los alimentos que hacen que te hinches y que tengas flatulencias
Antes de recurrir a tratamientos más agresivos o artificiales, quizá sea más recomendable apostar por los remedios tradicionales que no causan ningún daño al organismo y que, según qué casos, arrojan resultados muy positivos y rápidos. El primer consejo, obviamente, pasa por realizar una selección de los productos que nos originan los gases. Generalmente, la flatulencia suele aparecer por el consumo de unos determinados alimentos cuya naturaleza varía según cada persona. Algunos de los más propensos a originar este problema son las legumbres, la lactosa y los derivados de la leche, las bebidas carbonatas o la cerveza.
Quítate los malos hábitos en la mesa
La siguiente precaución hace referencia a los hábitos de consumo en su totalidad, no limitándose a las características de los alimentos. Está comprobado que comer con demasiada rapidez puede ocasionar, además de otros problemas, que la comida no se digiera correctamente y que se sienta una gran hinchazón en la barriga durante un tiempo prolongado, pudiendo derivar finalmente en flatulencias. De igual modo, quienes comen con la boca abierta pueden, amén de incurrir en una notable grosería, acumular aire en el estómago que solo pueda ser expulsado mediante gases. El bicarbonato, que favorece la digestión, ocasiona también flatulencias.
Limón o miel para prevenir la hinchazón
Los tratamientos tradicionales para combatir los gases suelen estar indicados para aquellas personas que padezcan estas dolencias con regularidad. En este caso, puede optarse por dar pequeños sorbos de jugo de limón con agua, lo que solo se recomienda en aquellos casos en que se tenga la certeza de que se va a padecer flatulencias (porque condiciona lógicamente el sabor del resto de alimentos). La miel también da buenos resultados en este sentido, pudiéndose consumir en lugar del limón por su sabor menos intenso aunque resulta algo más densa a la hora de acompañar la comida.
Las infusiones te serán de gran ayuda
El cuarto consejo está orientado específicamente a resolver el problema de hinchazón de estómago, lo que no necesariamente tiene por qué acabar con la emisión de gases. Las infusiones de manzanilla (y, en menor medida, las de poleo menta) contribuyen a hacer más ligera la digestión (una de las fuentes de gases más importantes) y a evitar el dolor de barriga. Ello se debe a que estas infusiones rebajan la inflamación, generando una mayor sensación de bienestar (el anís, en pequeñas dosis, también ayuda). No obstante, si se tiene una especial propensión a las flatulencias es recomendable no abusar de estos productos.
El apio, un aliado contra la flatulencia
Como ya hemos explicado, los gases no siempre van de la mano de las dolencias estomacales, complicando su detección. Para curarse en salud, existen varios métodos para estar siempre prevenidos contra los gases. Por ejemplo, así como las infusiones reducen la hinchazón pero facilitan la flatulencia, hervir apio y tomarse una taza es una buena forma de evitar eructos y otras fugas igualmente desagradables. No importa ni el momento del día ni la regularidad con la que se consuma (dentro de unos límites lógicos, por supuesto). Algunos especialistas recomiendan tomar este preparado antes de cada comida, a modo de prevención.
Semillas de comino, anís y eneldo
El siguiente bloque de productos que evitan la aparición esporádica de gases son las semillas. Debido a su elevada concentración de nutrientes, las semillas de determinadas especies actúan como escudo del organismo frente a las flatulencias. Las semillas deben ser machadas debidamente e introducirse en tazas o teteras con agua hirviendo, donde se las dejará reposar entre cinco y diez minutos. Las variedades más utilizadas son las de anís, comino y eneldo, mientras que el momento más idóneo para su consumo es justo después de la comida. La raíz de Angélica también da buenos resultados.