Los antiguos chamanes estudiaban las propiedades de cada elemento de la naturaleza buscando en ella los remedios para padecimientos y males, y entre sus investigaciones encontraron que la damiana tenía propiedades afrodisíacas.
Desde tiempos muy antiguos la usaban los indígenas del norte de México contra la debilidad muscular y contra la inapetencia sexual. Más tarde, el uso popular de esta planta como estimulante sexual comprobó su gran efectividad ganando fama en todo el territorio y más tarde a nivel internacional, siendo reconocida por la medicina popular mexicana como una planta con altas y muy efectivas propiedades afrodisiacas.
La damiana es una planta de origen mexicano a la cual se le reconoce principalmente como un estimulante natural sexual sin toxicidad. Sin embargo, la damiana, además de ser efectiva para aumentar el vigor sexual, se le reconocen también otras propiedades medicinales entre las cuales encontramos que es un buen tónico estimulante, refresca las funciones cerebrales, es diurética, exalta las funciones genitales y vigoriza el sistema nervioso.
Esta planta se recomienda para ayudar en casos de padecimientos originados por la debilidad nerviosa, inflamaciones de la vejiga, diabetes, nefritis o impotencia producida por excesos sexuales, la orquitis con tendencia a la atrofia del testículo y en casos de impotencia.
La damiana de California es muy útil para tratar el sistema hormonal y en caso de menopausia. En México existen diversas especies que reciben el nombre de damiana, pero hay que aclarar que es la Turnera diffusa la única planta que posee estas propiedades.
La infusión de la damiana se hace con 10 grms de la hoja en agua hirviendo. Se apaga el fuego y se deja reposar 10 minutos. Se cuela. La hoja es amarga y mucilaginosa, y actúa rápidamente, en menos de 20 minutos. Su acción se potencia cuando se asocia con la quina.
La hoja se puede adquirir de forma muy sencilla en cualquier herbolario, en donde también se pueden adquirir la tintura o las cápsulas.