Malas digestiones e intolerancias, ¿puedo tomar algo natural para reducir sus efectos? Descubre las enzimas digestivas

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Malas digestiones e intolerancias, ¿puedo tomar algo natural para reducir sus efectos? Descubre las enzimas digestivas

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Las enzimas digestivas pueden contribuir a rebajar los síntomas de una mala digestión, como gases, desórdenes intestinales o distensión abdominal, pero también pueden ayudarnos a sobrellevar, en algunos casos, ciertas intolerancias.

 

Existe un porcentaje alto de la población que presenta intolerancias alimentarias ocasionadas, generalmente, por deficiencias enzimáticas. Las más comunes son la intolerancia a la lactosa, a la fructosa, a la histamina y al sorbitol. No suelen asociarse a causas inmunitarias, sino que suelen producirse por deficiencias de las enzimas digestivas. Estas deficiencias pueden deberse a la edad, al uso de medicamentos, a determinadas enfermedades o unos malos hábitos alimentarios.

 

A medida que pasan los años, las enzimas digestivas disminuyen, lo que provoca digestiones más lentas y pesadas, sobre todo de determinados alimentos. Aquellas comidas que nos encantaban, ahora debemos evitarlas porque no somos capaces de digerirlas como antes. Ante este tipo de casos, en los que se produce acidez, pesadez en el estómago o cualquier otro tipo de dolencias semejantes, una de las medidas más extendidas es echar mano de fármacos, en la mayoría de los casos, incluso sin la asesoría de un profesional sanitario. En muchas ocasiones, se producen abusos que repercuten seriamente en nuestra salud intestinal. Uno de los más típicos son los fármacos antiácidos, como los inhibidores de la bomba de protones, ya que su uso crónico perjudica la producción de ácidos gástricos y, por tanto, dificulta una adecuada digestión.

 

Este tipo de situaciones provocan que nos preguntemos qué podemos hacer para mejorar nuestras digestiones y, por lo tanto, nuestra salud intestinal. La respuesta está en las enzimas digestivas.

 

¿Qué son las enzimas digestivas?

Las enzimas digestivas son moléculas orgánicas producidas por nuestro sistema gastrointestinal que rompen los polímeros presentes en los alimentos y los convierten en moléculas más pequeñas de fácil absorción para nuestro organismo. Su función principal es la de degradar las grasas, las proteínas y los carbohidratos, facilitando la digestión y ayudando a la absorción de nutrientes.

 

Podemos clasificar estas enzimas en tres grupos en base a su origen y su función:

  • Lipasas: son aquellas enzimas cuya función es la disociar los enlaces covalentes entre lípidos complejos convirtiéndolos en gliceroles y ácidos grasos para que los pueda asimilar el organismo. Estas enzimas se originan en el páncreas.
  • Peptidasas, proteasas o pepsina: estas enzimas actúan sobre los enlaces peptídicos de las moléculas proteicas de mayor tamaño, las reducen y las convierten en lo que conocemos como aminoácidos. Se generan en el estómago o en el páncreas.
  • Amilasas: son enzimas con la función de romper los enlaces glucosídicos para convertirlos en monosacáridos para que sean absorbidos de forma individual. En función de su origen se pueden dividir en amilasas salivales, amilasas pancreáticas o amilasas intestinales.

¿Qué beneficios aportan las enzimas digestivas?

Las enzimas digestivas, en primer lugar, facilitan la digestión y ayudan a la absorción de nutrientes. Una buena digestión favorece la salud intestinal, por lo que no tendremos que lidiar con los síntomas asociados a una mala digestión. Las enzimas ayudan a reducir estos síntomas asociados a las malas digestiones, como son la sensación de hinchazón o los gases.

Además, las personas con ciertas intolerancias como al gluten o a la lactosa, también se pueden beneficiar de los efectos positivos de las enzimas digestivas. Estas enzimas ayudan a mejorar la digestión de los productos lácteos, pero también ayudan a digerir muchas proteínas que producen, en determinadas personas, alergias alimentarias.

 

La evidencia reciente sugiere que las enzimas digestivas pueden ser útiles también en la enfermedad celíaca, pero están lejos de ser utilizadas en un tratamiento rutinario de la enfermedad. En la enfermedad celíaca, una dieta libre de gluten de por vida puede traer dificultades, ya que evitarlo por completo es problemático debido a la contaminación con gluten de alimentos presumiblemente libres del mismo. Los nuevos enfoques terapéuticos incluyen la complementación con enzimas y la corrección del defecto de la barrera intestinal para evitar la entrada de gluten a la sangre, entre otros.

 

¿Cómo podemos obtener estas enzimas?

Como ya hemos dicho, las enzimas digestivas son moléculas orgánicas, por lo tanto, están presentes en determinados alimentos, en concreto, en frutas y vegetales. Aunque hay una amplia variedad de alimentos que contienen estas enzimas, tenemos que tener presente que, al cocinarlos, las reducimos de forma sustancial. Es precisamente por esto, por lo que solemos obtenerlas de alimentos no elaborados como las frutas y, en algunos casos, de las verduras verdes y crudas como el brócoli, el perejil, el apio, etc.

 

La piña, la papaya o el kiwi son algunos de los alimentos que contienen estas enzimas y, en todos estos casos, además, contienen enzimas concretas. Es el caso de la bromelaína, que se encuentra en una alta concentración en la piña. La bromelina es una mezcla de enzimas proteasas, extraídas del fruto o tallo de la piña, que es capaz de hidrolizar los enlaces peptídicos de las proteínas y reducir la molécula a unidades más pequeñas, fácilmente digeribles por nuestro organismo.

La papaína es otra enzima que ayuda en los casos de personas que no producen suficientes enzimas pancreáticas, actuando sobre síntomas como las flatulencias o la distensión abdominal.

La actinidina, presente en el kiwi, es otro buen ejemplo de una enzima que actúa a modo de catalizador para digerir las proteínas.

 

Además del consumo habitual de este tipo de alimentos, ricos en enzimas digestivas, podemos apoyar su consumo con complementos alimenticios.

 

Complementos alimenticios y enzimas digestivas

No nos resulta extraño acudir a los complementos alimenticios en caso de determinadas carencias en nuestro organismo, como puede tratarse de vitaminas. Al igual que en este caso, las enzimas digestivas se ven reducidas con el paso del tiempo, por el envejecimiento natural, pero también se pueden dar casos de una mala absorción o asimilación de las mismas.

 

Existen varios productos en el mercado que ayudan a reforzar nuestra salud intestinal y concretamente que nos aportan una complementación con enzimas digestivas que favorecen nuestras digestiones, reducen los síntomas propios de estas o nos ayudan a reducir los efectos más incómodos de las intolerancias y alergias alimentarias.

Enzimax Complex: Contribuye al buen funcionamiento del sistema digestivo.

Enzimax Digestimul: Contrarresta la falta de ácidos y enzimas digestivas, estimulando y favoreciendo una digestión más saludable.

Enzimax Gluten Tolerance: Apoyo natural en personas sensibles al gluten.

Enzimax Lactasa: Mejora la digestión de la lactosa.

Enzimax Piña, Papaya e Hinojo: Ayuda a la digestión de las proteínas y evita los gases.

Enzimax Bromelaína: Apoyo para digerir las proteínas.

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