La conocida como hormona del sueño, la melatonina, en virtud de su capacidad para regular los ciclos circadianos, se está revelando también como un arma potencialmente útil para combatir algunos tipos de cáncer, como el de mama o próstata.
En lo que se refiere al primero, han sido investigadores del Hospital Henry Ford de Detroit, Estados Unidos, y la Fundación de Apoyo a la Investigación del estado brasileño de Sao Paulo, quienes han encontrado que la melatonina puede inhibir el crecimiento tumoral y la producción celular, y bloquear la formación de nuevos vasos sanguíneos en modelos de cáncer de mama ER-negativo.
Para determinar la efectividad terapéutica de la melatonina, los investigadores analizaron su acción in vitro e in vivo sobre la angiogénesis (un proceso fundamental en el transformación maligna del crecimiento tumoral) en el tipo indicado de cáncer, tanto en un modelo celular como en uno de ratones. Estos fueron asignados al azar a un grupo al que se le administró melatonina y a otro que actuó como control. El primero la recibió durante 21 días, una hora antes de que se desconectara la iluminación, ya que es por la noche cuando se estima que su efectividad es mayor.
Tras los 21 días de tratamientos, los autores del estudio utilizaron la técnica SPECT para determinar si la melatonina había reducido el tamaño de las células cancerígenas humanas implantadas a los roedores, y si se había producido cambios en la formación de nuevos vasos sanguíneos. Asimismo, el volumen del tumor se midió cada semana, y el tejido tumoral fue analizado al final del tratamiento.
Los investigadores hallaron que los ratones tratados con melatonina presentaban tumores significativamente más pequeños después de 21 días, y se había producido menos crecimiento vascular en sus tumores, frente al grupo de control. Estos resultados se replicaron en los modelos celulares, lo cual abre un nuevo potencial horizonte terapéutico a la melatonina.
Por lo que hace referencia a una virtual efectividad de la melatonina frente al cáncer de próstata, esta se desprende de los resultados de un estudio que incluyó a 928 varones islandeses, que sugiere que aquellos que tenían niveles más elevados de melatonina presentaban un riesgo menor de desarrollar cáncer de próstata.
La investigación obtuvo los datos sobre los niveles de melatonina a través de muestras de orina, que se vincularon con registros sobre muerte y cáncer. Además, los participantes completaron un cuestionario acerca de los patrones de sueño, de todo lo que se concluyó la relación entre los niveles de la hormona y el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
